Lo oímos una y otra vez.  El estrés puede ser perjudicial para nuestra salud. Por lo tanto, los consejos sobre cómo manejar el estrés son abundantes, y van desde la meditación y los ejercicios de respiración hasta el apoyo social y la actividad física.

Existe otra opción para el manejo del estrés que adquiere mayor reconocimiento. Los adaptógenos son sustancias naturales de origen vegetal que pueden neutralizar los efectos adversos del estrés, como la fatiga, el insomnio, la depresión y la hipertensión arterial. Llamados apropiadamente por su capacidad para ayudar a nuestro cuerpo a adaptarse a los factores estresantes, los adaptógenos pueden ayudarnos con la tensión de las enfermedades, las exigencias del trabajo o los desafíos físicos.

¿Qué son los adaptógenos?

Tal vez menos conocidos en la medicina convencional, los adaptógenos se han utilizado en la medicina tradicional china y ayurvédica durante siglos, y no solo para aliviar el estrés. Los médicos holísticos encuentran que ciertos adaptógenos resultan útiles para la resistencia, la longevidad y el apoyo inmunológico.

A lo largo de medio siglo de investigación, el concepto de un adaptógeno ha sido refinado y modificado. Un consenso general de los criterios para definir a un verdadero adaptógeno incluye lo siguiente:

  • Es inocuo (es decir, no tóxico) y no tiene efectos secundarios ni contraindicaciones importantes.
  • Aumenta la resistencia general del cuerpo, al disminuir la sensibilidad a los factores estresantes.
  • Mantiene la homeostasis del cuerpo, un ambiente interno constante y equilibrado.
  • Actúa de manera no específica para "normalizar" las funciones corporales, independientemente de la dirección de cambio de la norma generada por el factor estresante. Así que no debe ser ni un estimulante ni un sedante.

Tipos de adaptógenos

Los adaptógenos han sido separados en dos categorías: primarios y secundarios.

Un adaptógeno primario ejerce su función al afectar al eje hipotalámico-pituitaria-adrenal (HPA) como respuesta a la tensión externa. El eje HPA es un componente clave de la respuesta al estrés que involucra, como su nombre lo indica, el hipotálamo, el lóbulo anterior de la glándula pituitaria y las glándulas suprarrenales. Estas tres glándulas endocrinas actúan de manera coordinada para regular los niveles de cortisol y mantener la homeostasis en el cuerpo.

El hipotálamo es la parte del cerebro que responde al estrés al liberar el factor liberador de corticotropina (CRF).  Luego el CRF desencadena la liberación de la hormona adrenocorticotrópica (ACTH) de la glándula pituitaria. Posteriormente, la ACTH indica a las glándulas suprarrenales que produzcan y secreten cortisol. Una vez en el torrente sanguíneo, el cortisol puede desempeñar sus múltiples funciones en la respuesta al estrés del cuerpo, incluido el control del azúcar en la sangre, la presión arterial y la inflamación.

Después de que el cortisol alcanza un cierto nivel de concentración en la sangre, se desencadena un mecanismo de retroalimentación negativa. Por medio de este mecanismo, el hipotálamo y la glándula pituitaria reciben señales para inhibir la producción de CRF y ACTH, respectivamente.

Aunque las vías reales son un poco más complejas, la descripción antes mencionada del eje HPA proporciona un esquema básico de varios puntos en los que es posible que un adaptógeno primario actúe para afectar la respuesta al estrés. Aquí es donde los adaptógenos secundarios difieren de los primarios. Los adaptógenos secundarios no afectan de forma directa al eje HPA. Si bien tienen un efecto normalizador en el cuerpo, lo hacen al influir en los sistemas inmunológico, nervioso y endocrino. Por lo tanto, los adaptógenos secundarios pueden exhibir efectos protectores no específicos en varios sistemas de órganos, al proporcionar beneficios más allá de los adaptógenos primarios solos.

Por lo general, losadaptógenos vienen en forma de hierbas, raíces u hongos. Se pueden tomar de varias maneras como un suplemento en forma de cápsula, mezclados en batidos de proteínasbatidos, preparados en o café, o simplemente cortados para añadirlos a una comida.

Adaptógenos populares

Raíz del ártico

Raíz del ártico (Rhodiola rosea): un adaptógeno primario que puede apoyar los niveles de energía y ayudar a las personas a sentirse revitalizadas después de dolencias menores como dolores de cabeza y síndromes de gripe.

Ginseng siberiano

Ginseng siberiano (Eleutherococcus senticosus): una hierba adaptogénica primaria que puede ayudar a combatir el estrés, la fatiga y la depresión.

Baya de Schisandra

Baya de Schisandra (Schisandra chinensis): un adaptógeno primario que se utiliza para promover la salud del hígado y la claridad mental.

Ashwagandha

Ashwagandha (Withania somnifera): un adaptógeno primario, también conocido como cereza de invierno o ginseng indio, que puede ayudar a prevenir la fatiga y mantener la mente enfocada.

Hongos cordyceps

Cordyceps mushrooms (Cordyceps sinensis): un adaptógeno secundario que ha sido utilizado por los atletas para aumentar la energía y la resistencia.