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Por Dra. Venus Ramos, doctora en medicina
Un cambio de estación a veces puede traer algo más que un cambio en el clima o una transición de colores. Para los cientos de millones de personas en todo el mundo que sufren de alergias estacionales, trae consigo síntomas agravantes como estornudos, congestión nasal, presión en los senos nasales y ojos llorosos.
Aunque hay muchos remedios farmacéuticos en los corredores de las farmacias, existen métodos naturales para aliviar los síntomas de la alergia. Sin embargo, es una buena idea entender primero los mecanismos de una reacción alérgica. De este modo, usted podrá elaborar un plan eficaz y completo para combatir no solo los síntomas sino también la causa de su reacción alérgica.
Las alergias ocurren cuando el sistema inmunológico reacciona de manera extrema a una sustancia que por lo general es inofensiva. El sistema inmunológico normalmente protege su cuerpo produciendo anticuerpos que reconocen proteínas (llamados antígenos) en virus, bacterias y otros patógenos dañinos. En circunstancias normales, muchas sustancias benignas pueden entrar en su cuerpo sin ningún problema. Cuando usted tiene alergias, algunas de estas mismas sustancias se identifican como antígenos, y le indican a su cuerpo que produzca anticuerpos. A su vez, estos anticuerpos hacen que ciertas células liberen histamina y leucotrienos; sustancias químicas que pueden causar los síntomas irritantes de alergia.
Los siguientes suplementos pueden ser efectivos para aliviar los síntomas de la alergia de forma natural.
Los ácidos grasos EPA y DHA son tipos específicos de omega-3 que son antiinflamatorios potentes. Las fuentes alimentarias donde se encuentran incluyen huevos y animales alimentados con pasto, así como el aceite de krill. Dado que la dieta occidental estándar tiene una sobreabundancia de ácidos grasos omega-6, el suplemento con omega-3 puede moderar la respuesta inmune y potencialmente disminuir su sensibilidad a los alérgenos. Dosis típica: de 1 a 1.2 gramos de EPA y DHA al día.
El antioxidante quercetina está clasificado como un flavonoide y se cree que previene la liberación de histamina. Se encuentra de forma natural en alimentos vegetales como las bayas, el té negro, las manzanas (con piel), las cebollas rojas y las verduras crucíferas (como el brócoli o la coliflor). La quercetina también se comercializa en forma de suplemento. Si usted es propenso a las alergias estacionales, los suplementos deben comenzar a tomarse unas semanas antes de que llegue la primavera y las plantas comiencen a florecer, ya que se tardan algún tiempo en hacer efecto. Dosis típica: de 200 a 500 mg, tres veces al día.
La hierba petasita (Petasites hybridus) ha demostrado un buen potencial para proporcionar alivio a las personas que sufren de alergias estacionales. Los investigadores han identificado compuestos en la petasita que impiden que los leucotrienos y la histamina activen las reacciones alérgicas. Dosis típica: 100 mg al día.
No use la petasita cruda porque contiene alcaloides de pirrolizidina que pueden ser tóxicos para el hígado y los riñones, y quizás incluso causar cáncer. A la petasita disponible en el mercado se le han eliminado muchos de estos alcaloides.
Evite esta hierba si es alérgico a la ambrosía, la margarita, la caléndula o el crisantemo porque la petasita pertenece a la familia de la ambrosía.
La bromelina es una enzima digestiva de proteínas que se encuentra en la piña y también está disponible como suplemento. Tiene propiedades antialérgicas y antiinflamatorias que pueden ayudar a descomponer la mucosa y reducir la inflamación de los tejidos de las vías respiratorias. Dosis típica: 500 mg, tres veces al día.
Conocida comúnmente por su capacidad para estimular el sistema inmunológico, la vitamina C también es un antihistamínico natural. Parece inhibir la liberación de histamina, al disminuir la inflamación nasal y las secreciones. Dosis típica: 2 gramos en total por día.
Los fenoles en el vinagre de manzana le dan propiedades antioxidantes que ayudan al sistema inmunológico. Los partidarios sugieren beber diariamente un vaso de agua con una cucharada de vinagre de manzana y un poco de jugo de limón fresco, y luego enjuagar la boca con agua para evitar el daño al esmalte dental.
Aunque el alivio de los síntomas puede ayudarle a superar la temporada de alergias con mayor facilidad y comodidad, es importante abordar la causa principal de su alergia si desea algún tipo de solución duradera.
Los trastornos digestivos pueden influir de forma significativa en el sistema inmunológico. Se estima que el 80 % del sistema inmunológico está localizado en el intestino. Si se presenta algún tipo de desequilibrio intestinal, podrían surgir alergias debido al impacto sobre la función inmunológica del cuerpo. Uno de estos desequilibrios puede ser el del microbioma: la acumulación de microorganismos en el intestino.
El microbioma contiene bacterias "malas" que pueden enfermarlo, así como bacterias "buenas" que secretan sustancias que pueden mantener las bacterias "malas" bajo control. El equilibrio de estas bacterias puede alterarse, lo que provoca un crecimiento excesivo de bacterias "malas" y problemas potenciales para el sistema inmunológico.
Ingerir más bacterias "buenas", también conocidas como probióticos, puede ayudar a restaurar el equilibrio microbiano. Los probióticos se pueden agregar a la dieta a través de los alimentos (como el kimchi, el yogur, la kombucha y el chucrut) o mediante el uso de un suplemento. Las investigaciones han demostrado que las personas que se complementan con probióticos durante la temporada de alergias tienen niveles más bajos de anticuerpos que desencadenan los síntomas.
El estrés tiene una fuerte conexión con la respuesta inmunológica. Cuando el cuerpo está estresado, libera hormonas como el cortisol y la adrenalina. Estas mismas hormonas desempeñan un papel en la lucha contra las reacciones alérgicas. Cuando el cuerpo está crónicamente estresado, puede exponerse en exceso a estas hormonas, lo que le impide combatir las alergias adecuadamente.
Además de las alternativas de estilo de vida como el ejercicio, la meditación y la respiración profunda, los suplementos con adaptógenos pueden ayudar a controlar el estrés para optimizar la función inmunológica. Las opciones de adaptógenos incluyen ashwagandha, schisandra, y raíz del Ártico.
Ciertamente, la desnutrición puede alterar la función inmunológica. Cada vez que hay una alteración inmunológica, el cuerpo corre un mayor riesgo de infecciones y tiene una mayor susceptibilidad a las alergias. La vitamina D es un ejemplo notable de un nutriente importante para la función inmunológica. La vitamina D es un potente modulador inmunológico que equilibra varias células inmunitarias para que el sistema inmunológico funcione correctamente.
La fuente más natural de vitamina D es la luz solar. Pero si usted no recibe una exposición adecuada a la luz solar, la suplementación puede ser una buena solución. El Consejo de la Vitamina D recomienda 5000 UI de vitamina D3 diariamente para los suplementos orales. Por otra parte, el Instituto de Medicina recomienda hasta 4000 UI como una dosis segura para la mayoría de los adultos. Lo que es verdaderamente importante es mantener niveles saludables de vitamina D en la sangre, lo cual se puede verificar con una prueba de 25-hidroxi vitamina D. Mantener una medición entre 50 y 70 ng/ml debería proporcionar una función inmune óptima.
