El intestino es un ecosistema complejo habitado por billones de microorganismos, conocidos en conjunto como la microbiota intestinal. 

Estos microorganismos desempeñan un papel decisivo en diversas funciones corporales, como la digestión, la regulación inmunitaria y la salud mental. Una microbiota intestinal equilibrada y diversa es fundamental para gozar de un bienestar general.

‌‌‌Probióticos y beneficios para la salud intestinal

Los "probióticos" han acaparado una gran atención debido a sus numerosos beneficios para la salud, sobre todo a la hora de mantener un intestino sano. Se trata de microorganismos vivos no patógenos, incluidas las bacterias lácticas, como las especies Lactobacillus y Bifidobacterium, que habitan de forma natural en el colon humano (bacterias comensales). 

Entre los probióticos también se incluyen cepas no comensales, como Bacillis subtilis e incluso la levadura Saccharomyces boulardii, que podemos obtener a partir de alimentos fermentados, tierra, productos frescos y suplementos nutricionales regulados. Cuando se consumen en cantidades adecuadas, aportan una serie de beneficios para la salud del huésped. Introducen bacterias beneficiosas en el intestino, lo que ayuda a mantener el equilibrio microbiano y a promover un entorno intestinal sano.

Por qué menos es más cuando se trata de probióticos

A medida que aumenta el interés por los probióticos, también crece la variedad de productos disponibles, cada uno de ellos con un número mayor de cepas y los mejores resultados, lo que confunde a los consumidores. 

Los productos que combinan muchas cepas comensales en dosis muy altas ofrecen beneficios a corto plazo o ninguno en absoluto por tres motivos fundamentales: 

  1. La falta de sinergia o incluso la competencia entre cepas da lugar a una baja potencia: aunque existen muchas cepas en el colon humano y en teoría son sinérgicas, no actúan de forma sinérgica en una cápsula, que es un entorno muy distinto al del intestino humano. Los fabricantes intentan compensar esta incertidumbre añadiendo dosis elevadas (en exceso) para anticiparse a la extinción, con la esperanza de que algunas bacterias logren llegar al colon. 
  2. Incapacidad para colonizar el colon de forma adecuada: es posible que las cepas del suplemento probiótico no sean capaces de resistir los entornos hostiles y variables que existen a lo largo del tracto gastrointestinal humano, desde el estómago muy ácido hasta el intestino delgado alcalino y, por último, el intestino grueso, donde colonizan y viven. Aunque los alimentos fermentados con capacidad probiótica son eficaces, muchas fórmulas complementarias carecen de datos clínicos que permitan concluir con certeza que se produce una colonización adecuada. 
  3. Menor tolerancia debido a efectos adversos: muchos suplementos probióticos contienen prebióticos que se utilizan como fuente de energía, lo que puede provocar gases, hinchazón y reacciones incómodas. Incluso las fórmulas que no contienen estos prebióticos pueden suponer una solución a corto plazo, ya que solo proporcionan diversidad microbiana mientras se siguen tomando los probióticos y menos beneficios a largo plazo después de dejar de tomarlos. 

El concepto de sinergia en los probióticos

La sinergia se refiere a la acción cooperativa de distintos elementos que trabajan juntos para producir un resultado mayor que la suma de sus efectos individuales. 

En el contexto de los probióticos, las cepas seleccionadas se complementan entre sí, lo que aumenta su eficacia total. 

Un excelente ejemplo de sinergia entre probióticos es la combinación de E. faecium T-110, C. butyricum TO-A y B. subtilis TO-A. Se aprovecha el poder de la sinergia mediante una combinación cuidadosamente seleccionada de menos cepas.

Ventajas de un menor número de cepas con sinergia

  1. Mayor estabilidad: un menor número de cepas en una formulación probiótica puede aumentar la estabilidad y viabilidad del producto. Cada cepa necesita unas condiciones ambientales específicas para sobrevivir y desarrollarse. Con menos cepas, es más fácil garantizar que se cumplan estas condiciones, lo que da como resultado un producto probiótico más resistente y confiable.
  2. Menor competencia cuando importa: en los probióticos con numerosas cepas competidoras, algunas cepas podrían superar a otras, lo que da lugar a una microbiota intestinal menos diversa y menos eficaz. Por el contrario, el crecimiento de las cepas cuidadosamente seleccionadas debería producirse en el mismo medio en lugar de la degradación de una o más de ellas. Esto implica que cada cepa trabaja conjuntamente de forma armoniosa, reduciendo la competencia cuando se encuentra en la cápsula, lo que a su vez produce un entorno intestinal equilibrado y diverso que supera a las bacterias intestinales nocivas. Por ejemplo, E. faecium T-110 vive de forma natural en el intestino humano. Produce ácido láctico, que reduce el pH, lo que impide el crecimiento de bacterias nocivas sin dejar de ser sinérgico con las especies de Bifidobacterium.
  3. Beneficios específicos: podemos tratar de forma eficaz problemas de salud específicos eligiendo cepas específicas que complementen sus funciones. Por ejemplo, algunas cepas podrían centrarse en mejorar la digestión, mientras que otras refuerzan la función inmunitaria. La sinergia entre las cepas amplía el impacto general sobre la salud intestinal. Por ejemplo, C. butyricum TO-A también vive de forma natural en el intestino humano y descompone la fibra alimentaria en varios nutrientes beneficiosos, uno de los cuales es el ácido butírico, que alimenta las células del tracto gastrointestinal.
  4. Mejor colonización: la capacidad de las cepas probióticas para colonizar el intestino es decisiva para su eficacia. Las cepas seleccionadas tienen que ser capaces de resistir la ecología hostil a lo largo del tracto gastrointestinal humano. Es más probable que las resistentes a los ácidos, las que forman esporas o las inactivadas lleguen primero al intestino grueso, se establezcan y perduren finalmente en él.
  5. Menores efectos secundarios: es posible que algunas personas experimenten molestias digestivas al consumir probióticos con varias cepas competidoras. Esto se debe a la elevada actividad metabólica, que hace que los subproductos de la fermentación irriten el colon o aumenten la producción de gases. Las cepas pueden utilizar los subproductos del metabolismo de otra cepa bacteriana para prosperar, como una reacción en cadena de crecimiento. Un ejemplo de esta sinergia se observa en la cepa B. subtilis TO-A , que favorece el crecimiento de E. faecium y C. butyricum y de varias cepas de la especie beneficiosa Bifidobacterium.

Relevancia clínica

Como ya se ha mencionado, muchas combinaciones de probióticos se basan en la teoría y no en la validación clínica para respaldar las fórmulas. Se trata de un planteamiento simplista, en el que se introducen en una cápsula muchas cepas cuyas combinaciones carecen de datos que las respalden, con la esperanza de que lleguen al intestino humano y lo colonicen. Es necesario realizar pruebas rigurosas de la interacción entre las cepas de la cápsula y el intestino para sentir confianza al tomar un probiótico.

Referencias:

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