Los betaglucanos son polisacáridos que consisten únicamente en moléculas de glucosa. Se encuentran en las paredes celulares de bacterias, hongos, levaduras, algas, líquenes y plantas como la avena y la cebada. El betaglucano es capaz de "atraer" el colesterol de los alimentos, evitando así su absorción en la sangre y reduciendo los niveles de colesterol en sangre. Como resultado, se reduce el riesgo de enfermedades del sistema cardiovascular, el desarrollo de enfermedades coronarias, ataques cardíacos y otras enfermedades cardíacas. Cuando ingresa al ciego y al intestino grueso, el betaglucano se convierte gradualmente en polisacáridos, que sirven como medio nutritivo para la microflora del intestino grueso. La fibra también acelera el movimiento de los alimentos a través del tracto digestivo, mejorando el proceso de digestión. Como resultado, mejora el estado funcional del tracto gastrointestinal y se normaliza la microflora intestinal.
