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Por Dr. Michael Murray, médico naturópata
La dieta paleo también llamada dieta paleolítica, cavernícola o cazadora-recolectora, se basa en lo que sus defensores afirman que eran los alimentos disponibles para los humanos prehistóricos en la Edad de Piedra Antigua o Era Paleolítica (hace aproximadamente 2,5 millones de años a 10.000 a. C.)1. La base de la dieta paleo son las proteínas magras, como los cortes magros de carne roja, aves, cerdo, pescado salvaje y marisco. La dieta también hace hincapié en los huevos, las vísceras, cantidades moderadas de fruta y verduras sin almidón, junto con grasas saludables provenientes de semillas, frutos secos, aceite de oliva y aguacates.
Por varios motivos, los productos de coco sin azúcar han adquirido gran popularidad entre los seguidores de las dietas paleo y cetogénica. Al igual que otros frutos secos, la pulpa de coco es casi siempre baja en carbohidratos y contiene grasas saludables. Los productos de coco también son muy sabrosos.
Entre los beneficios para la salud y el sabor de los productos de coco aptos para la dieta paleo se incluyen:
Aunque el aceite de coco se compone en gran parte de grasas saturadas, se trata de un tipo de grasa saturada distinto del que se encuentra en la carne, el queso y otros productos lácteos. Las grasas saturadas del aceite de coco son más cortas y el organismo las utiliza de forma provechosa. En concreto, el aceite de coco contiene alrededor de un 65 % de triglicéridos de cadena media (TCM), que se queman preferentemente como energía en lugar de almacenarse, lo que aumenta la tasa metabólica del organismo. Los MCT pueden aumentar la quema de calorías (termogénesis) hasta en un 50 %, y también podrían ayudar a que la hormona insulina actúe mejor para ayudar a estabilizar los niveles de azúcar en la sangre1. Estos efectos explican por qué algunos estudios clínicos han demostrado que el aceite de coco favorece el adelgazamiento, pero es necesario investigar más sobre este uso2.
El aceite de coco se puede usar como aceite de cocina para saltear, freír en sartén y sofreír a temperaturas inferiores a 350 °F. También puede sustituir a la mantequilla en cualquier receta de repostería en una proporción de 1:1. Y dado que el aceite de coco es sólido a temperaturas ambiente más frías o en el frigorífico, resulta delicioso para untar o mojar. Nota: la manteca de coco es un puré de coco que se comporta como la mantequilla para untar.
La leche de coco se produce con fines comerciales a partir de la pulpa de cocos rallados y triturados. Su espesor puede variar en función de la proporción de carne rallada y agua. La leche de coco más espesa se generaliza como crema de coco y tiene el mayor contenido de sólidos solubles en suspensión y un contenido de grasa de entre el 20 y el 50 %. En cambio, la leche de coco suele tener un contenido graso de un máximo del 20 % de grasa a cantidades insignificantes de grasa.
La leche y la crema de coco están disponibles en forma líquida y seca. Tanto la leche de coco en polvo como las cremas de coco se han convertido en complementos populares del café, el cacao caliente y otras bebidas.
Los beneficios de la leche de coco en polvo y las cremas de coco para la salud se relacionan principalmente con su rica fuente de MCT. Sin embargo, estos productos también aportan algunos antioxidantes que ayudan a proteger el organismo frente a los daños oxidativos que pueden provocar inflamaciones, una respuesta inmunitaria deficiente y un envejecimiento acelerado3.
La forma más sencilla del coco es la pulpa sin procesar o deshidratada. Esta forma posee toda la gama de compuestos nutricionales que aporta el coco. Los productos de coco deshidratado son el coco rallado y los copos o trocitos de coco. El coco rallado se usa con frecuencia en ensaladas de frutas y recetas de repostería, mientras que los copos y los trocitos de coco son bocadillos muy populares.
Referencias:
